Iniciar un negocio es un proyecto complejo, así que necesitamos evaluar todos los factores económicos y de crecimiento que influyen en estas iniciativas. Por lo tanto, a la hora de abrir un negocio tendremos en cuenta la existencia de unos gastos seguros que tenemos que asumir.

En primer lugar, hablemos de pagar el alta en autónomos. Debido a la crisis económica que hemos afrontado, se dan facilidades para que durante los primeros meses tengamos que abonar alrededor de 50€ por estar registrados en el RETA. Si no podemos beneficiarnos de esto, deberemos contabilizar unos 250€ de gasto mensual por este concepto.

Otro gasto obligatorio es el pago de la licencia de actividad. Aunque no necesitemos sede física para nuestra empresa, se requiere este trámite para la apertura del negocio. Se trata de una tasa cuyo precio dependerá de los criterios del ayuntamiento de nuestra localidad en función de los metros cuadrados, el tipo de actividad o la zona elegida. Por otra parte, si contamos con local para desarrollar la actividad tendremos que costear, en líneas generales, el proyecto y la licencia de obra, aparte de la compra de maquinaria.

Un plan de negocios con gastos e ingresos previstos y detallados será de gran utilidad para tener en orden las cuentas iniciales de la empresa. Este plan de negocios comprenderá un cálculo de la inversión inicial necesaria para poner en marcha la empresa y los pagos principales (también de la amortización de la financiación solicitada).

Una vez haya arrancado la actividad, nuestras preocupaciones prioritarias en materia de gastos serán los variables, es decir, los que están vinculados al volumen de producción y que se incrementan al ritmo de los productos o servicios generados. Por el otro lado están los fijos, que se pagan para mantener la empresa en marcha.

En resumen, evalúa los gastos que tendrás con antelación para que tu negocio sea viable.